Hablemos
de todo lo que se dice, de tanta frase hecha que existe sobre la vida: “la vida
es una sola”, “la vida es larga”, “la vida es corta”, “la vida es como montar
bicicleta (seguido del porqué de esa dizque metáfora)”, “la vida es aquello que
pasa mientras estas ocupado haciendo planes” (¿Eh? ¿Planes? ¿Qué planes? Nadie
me avisó que había que hacer planes. No sé ni que voy a cenar… Aguanta ¿Voy a
cenar? Bah).
La verdad que, además de que todas estas frasesitas
de postal para jubilados y foto emo de facebook no se ponen de acuerdo y lo único que me inspiran es a “mandar la
palabra vida al 5050”, me aburren bastante, pero- sobre todo- me dedico a no creerles. Aunque sí debo admitir que hay una que me
mueve todo: “todo pasa por algo”. Les digo
enserio que esas cuatro palabras, esas quince letras son una de las muchas más
de 7 maravillas de nuestro mundo. Y no es solo eso, o sea, es tan perfecta esa
frase que hasta su apócope, que vendría a ser “todo pasa”, me sirve de consuelo en los momentos más
trágicos.
Todavía
no puedo descifrar cómo ni por qué, pero casi todo pasa. Es algo rarísimo, algo
que nisiquiera entiendo ahora (en frío) y que, por ende, es casi imposible de
entender en momentos de agobio extremo.
Es que
no me logro explicar cómo algunos acontecimientos que en un principio parecían aterradores,
apocalípticos, caóticos y lo suficientemente garrafales como para llevar a cabo
un violento suicidio justificado que incluiría narcóticos y armas ilegales en
tu país (obvio ¿Si no dónde está lo divertido? Yupi) o, lo que es peor, una noche
en vela llorando y escuchando “los grandes hits” de José José, de la nada, un día, pierden importancia.
Y sí,
aquella bola de nieve que tenía un tamaño directamente proporcional a tus
problemas y estaba apunto de pasar por ensima de tu dedo chiquito del pie (auch),
desaparece. Decide que ya fue demasiado José José, que te excediste con
Pinpinela y que no va a permitir que, de ninguna manera, llegues a Arjona. Así
de simple, se corre del camino y te deja vivir tranquila.
Este
fenómeno natural me parece sumamente esperanzador. El simple hecho de saber que
todo lo que hoy parece tan trágico como para aludir a un suicidio inminente,
eventualmente será motivo de sonrisas, risas y, si tienes sentido del humor como
para saber reirte de ti mismo, hasta un par de carcajadas. Por último, te queda
como experiencia, anécdota o simplemente, un hecho que no te ocaciona ninguna
reacción en absoluto. Y la verdad, siendo sinceros ¿Quién no prefiere entumecimiento
emocional antes que caos mental?
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